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Los olvidados de Roma, de Robert C. Knapp

Fuente: fantasymundo.com

El profesor Knapp nos ofrece un variado retrato de la vida del pueblo romano, con un rigor que, sin caer en la erudición excesiva, permite al lector tener un amplio conocimiento de su vida cotidiana

Indica el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su primera acepción, que la historia es la “narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados”. Estamos, pues, ante una acepción que parte de un matiz claramente subjetivo que resulta fundamental para la cabal comprensión de la materia: el acontecimiento ha de ser “digno de memoria”. Así, la esencia de la concepción tradicional de la historia, la conditio sine quae non para que la historia lo sea es que los hechos han de ser memorables. Y de ahí se plantea la siguiente pregunta directamente relacionada tanto con la autoría de la historia como con su objeto: ¿quién decide qué es memorable y qué no lo es?

Parece indudable que la historia la escriben los vencedores; los vencidos rara vez consiguen que su voz se escuche. Las clases populares, los desposeídos, los históricamente vencidos en la lucha de clases -el proceso histórico por excelencia- se mantienen forzosamente silentes o silenciados a la sombra de una Historia oficial con mayúsculas construida por las clases dominantes.

Así, la historia de todo tiempo y lugar se presenta ante todo como una elaboración de la elite, un mero retrato de lo que quiere mostrarnos. Eso explica que en muchas ocasiones se haya visto reducida a una mera sucesión de anécdotas de los notables, a una narración o un relato que se limita sólo a aquello que las clases hegemónicas quieren contarnos -habitualmente magnificando su gloria y minimizando, cuando no ocultando, sus miserias- empleando su propio lenguaje y perspectiva. Asistimos así a la construcción de un lenguaje y un relato demiúrgico: si no te nombro no has existido y si te nombro existirás por los siglos de los siglos como yo quiero que existas. ¡Vae victis!

Sin embargo, al lado de esa historia existe la historia cotidiana de las enormes mayorías que nunca han trascendido individualmente, pero que suponen la estructura real del mundo y cuyo conocimiento y estudio puede ayudarnos a entender mejor lo que en él ha ocurrido y por qué.

No podemos obviar que la construcción del relato histórico de esas mayorías silentes o silenciadas, una historia que pueda reflejar su cotidianeidad y permitirnos entender la realidad del proceso choca con una dificultad: el carácter limitado de las fuentes. En el caso del Mundo Antiguo tal circunstancia es palpable ya que hay relativamente pocas fuentes directas de esa inmensa mayoría y se enfrentan a una historia “oficial” o “tradicional” (disculpen las más que discutibles calificaciones) cuajada de excesivos tópicos y prejuicios respecto a la clases populares, consecuencia directa de esa visión que las elites pueden y quieren perpetuar.

Precisamente para aproximarnos a esa historia de las mayorías disponemos del libro del catedrático emérito de Historia antigua de Berkeley Robert C. Knapp, “Los Olvidados de Roma” (Ariel, disponible en FantasyTienda, dedicado a estudiar la vida cotidiana de las clases populares romanas (identificadas en el subtítulo como prostitutas, forajidos, esclavos, gladiadores y gente corriente). En esta obra el profesor Knapp pretende y, a mi juicio, consigue “desvelar y comprender cómo era la vida de la gente que vivía en Roma y su Imperio” que no formaba parte de la elite, es decir la historia de la gente corriente que formaba el 99,5% de la población del Imperio.

En esa difícil tarea es de destacar el hábil empleo de las fuentes disponibles, ya que, como el lector podrá comprobar, el autor ha recurrido al empleo conjunto de fuentes muy diversas que van desde las literarias procedentes de la propia elite («El Asno de Oro», «El Satiricón», diversas obras sobre agricultura, el «Carmen Astrologicum», diversos romances griegos, etc.), los textos del Nuevo Testamento (en tanto fuente histórica del siglo II d.C), o la literatura popular, al material epigráfico o los papiros procedentes de esa gran mayoría. Como el propio autor reconoce en su capítulo dedicado al tema “utilizadas en conjunto, todas nuestras fuentes nos permiten ver a los romanos invisibles”.

Partiendo de ese análisis de conjunto, el profesor Knapp nos ofrece un variado retrato de la vida del pueblo romano, con un rigor que, sin caer en la erudición excesiva, permite al lector tener un amplio conocimiento de la vida cotidiana en Roma. Ello exige que se hable de las cuestiones y personas más variadas, trazando una suerte de paisaje sociológico romano que permite entender su configuración y causas.

Así, por ejemplo, el lector puede conocer las condiciones de vida de los esclavos (como expone el autor, ciertamente muy variadas en función tanto de quien fuera el propietario como de las propias circunstancias personales del esclavo) y también el sentido económico y social de la institución y su relación directa con otras cuestiones sobre las que se sustentaba el orden social y moral romano y se construía la idiosincrasia de las masas. En este sentido, es inevitable trazar una directa relación entre una sociedad esclavista y la situación de sumisión en la que se encuentran las mujeres, o la relación entre el poder y la gran masa de proletarios desocupados que sobreviven en un mundo en el que la violencia y la superstición están a la orden del día y se asumen como algo natural, de modo tal que se hace perfectamente comprensible que la vida de soldado pueda resultar atractiva y más segura o que los gladiadores fueran ídolos de masas venerados y, hasta cierto punto, privilegiados.

El autor hace un verdadero esfuerzo por exponernos claramente esa realidad pero, con gran mérito, sin que se corra en ningún momento el riesgo de enjuiciar ese mundo romano tan distinto del nuestro. “Los Olvidados de Roma” consigue hacernos partícipes de un viaje al pasado que permite comprender y entender varios porqués y, al tiempo, librarnos de ciertas creencias que pueden haberse transmitido y que chocan con la realidad. A modo de ejemplo, la vívida descripción de los baños romanos nos pone ante un medio bastante menos apetecible de lo que cabría pensar. Del mismo modo, la palpable desconfianza hacia el poder y la justicia de las elites que tenía la gran masa del pueblo romano (más proclive a tomarse la justicia por su mano mediante linchamientos que a arriesgarse a recurrir a una autoridad que se ve como rapaz y prevaricadora) acaba en parte con la fetichización del orden romano y de un Derecho Romano que, realmente, sólo era útil a las elites.

De la clara exposición del libro resulte indudable que ese orden social se asumió en su momento como algo natural o consustancial a la naturaleza humana, algo con lo que se debe convivir y que se debe padecer. Pese a lo que pudiera parecer o nos gustaría creer, la esclavitud, violencia, situación de la mujer, etc. formaban parte de lo cotidiano, limitándose el común de los mortales a conducirse en ese marco, pero sin intentar cambiarlo. Dicho de otro modo: la conciencia de clase -de haberla- tenía un tinte fatalista y nada revolucionario; y los revolucionarios -de haberlos- pocas veces buscaban más que una inversión de términos, las más de las veces temporal, en un contexto en el que la movilidad social era más bien escasa.

El gran mérito de la obra es sin duda el transmitirnos todo eso con rigurosidad científica pero sin aridez, al tiempo que se toma conciencia de que, por muy alejados que puedan estar en el espacio y el tiempo, los olvidados de Roma eran personas que, como nosotros, amaban, sufrían, luchaban, tenían miedo, se alegraban, etc. Personas en el fondo ni muy distintas ni con preocupaciones muy diferentes, aunque a su modo y en su medio.

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Garum, la salsa de los romanos que pugna por volver a escena

Fuente: eldia.es

En la actualidad existen sucedáneos comerciales o intentos de rescatar este aderezo antiguo, pero aún no ha sido aceptada del todo por cocineros y comensales

Desde que el hombre descubrió que alimentarse podía ser un placer, buscó en la naturaleza plantas con las que enaltecer los sabores de los alimentos.

Con las salsas se da cuerpo, jugosidad y sazón a las elaboraciones de carnes, aves, mariscos, hortalizas, pastas y una gran variedad de preparaciones culinarias.

¡Dios santo! si se busca en los manuales o internet para cuantificar las elaboraciones clásicas o más vanguardistas. ¡Infinitas!: desde la de tomate o la mayonesa a la vinagreta o el «chimichurri».

Sobre todo, hay que reivindicar su función de alimento «per sé»; líquido espesado, eso sí, pero nutriente fruto de un proceso de cocción lento y cuidadoso, a fin de concentrar al máximo los sabores, olores, elementos nutritivos y gelatinosos de los ingredientes que la constituyen.

Pero si puede hablarse de una base de esta técnica de la cultura de la cocina, ha de mencionarse necesariamente la salsa garum, que para griegos, y aún más los romanos, fue esencia de las mesas de la antigüedad hasta el Renacimiento.

En la actualidad existen sucedáneos comerciales o intentos de rehabilitar este condimento, pero aún no ha sido aceptado plenamente por cocineros y comensales.

El garum, aunque tuvo su gran apogeo en el mundo romano, procede del mundo griego del que toma su nombre: garos o garon, por el nombre del pez del que se adquirían sus intestinos para la fabricación.

Este preparado se hacía por maceración y fermentación en salmuera de restos viscerales y despojos de diferentes peces como el atún, la morena, el esturión y el hallex, este último utilizado para la fabricación del garum medieval.

A pesar de que era una salsa, se decía que tenía poderes afrodisíacos, que era un buen medicamento (para mordeduras de perros, disentería y úlceras), y que se podía usar como cosmético.

Sobre el sabor, parece ser que este proceso que llevaba la sustancia acababa consiguiendo una cierta concentración de glutamato en el garum, que hacía resaltar el sabor de las comidas. De ahí, su gran aprecio e inestimable ayuda en la elaboración de platos sabrosos.

Existía una importante industria alrededor de este «liquamen», como también denominaban al garum. Se fabricaba en aquellos lugares donde se producían salazones. El garum hispano adquirió gran renombre, especialmente el procedente de Cartagena, Málaga y Cádiz.

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Un cementerio a la sombra de una pirámide

Fuente: lne.es

Cerca de la puerta de San Pablo, una necrópolis reservada para los no católicos alberga tumbas de poetas, artistas y gente ilustre

En mi deambular por Roma siempre me llamó la atención -tal vez por su discrepancia con el entorno- una pirámide. Una pirámide que emula a las egipcias y que como ellas es lugar de enterramiento. Fue Cayo Cestio, pretor romano, quien mandó construirla en el año XII a. C., cuando Egipto era provincia del Imperio romano. Situada cerca de la puerta de San Pablo, la pirámide Cestia, integrada en la muralla Aureliana, es más alta y estrecha que las clásicas de los egipcios.


Esta tarde me he acercado a ella, pero no tengo intención de visitarla, porque lo que realmente me interesa es el conocido como Cementerio de los Poetas, cobijado bajo su sombra.
Esta necrópolis, desde su creación en 1738, ofreció a quienes no pertenecían a la Iglesia católica la posibilidad de disponer de un lugar donde ser enterrados. En aquel tiempo constituía un auténtico problema encontrar un sitio donde pudiesen reposar los restos de las personas no creyentes y muchos tenían que sepultar a sus seres queridos en lugares apartados y expuestos a la ausencia total de respeto.
Confieso que acudo con cierta expectación. Presiento que no podré ver las violetas blancas y azules que, según Severn, nacen aquí y que llevaron a Keats a decir: «Ya siento las flores creciendo sobre mí». El joven poeta inglés sabía que su muerte se acercaba. Hacía cuatro meses que había llegado a Roma en un intento de mejorar su salud, pero la tuberculosis era entonces implacable. John Keats sólo tenía 26 años cuando fue enterrado en este cementerio en 1821.
Me acerco a su tumba. Se que en la lápida no encontraré su nombre. «Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en agua». Esta inscripción hubiese sido suficiente para identificarlo, porque éste es el texto que Keats deseaba que figurase en su sepultura, pero es que su nombre aparece en la situada al lado, donde esta enterrado su amigo Joseph Severn, que cuando falleció, 50 años más tarde, quiso que sus nombres permanecieran unidos más allá de la muerte.
En verdad, el Cementerio de los Poetas es un recinto hermoso. Un sugerente jardín, en el que los esbeltos pinos y cipreses recortan con su silueta un cielo azul en esta tarde donde las únicas rosas que aún perviven tienen el aspecto tenue y misterioso de las flores otoñales.
«Pensar que uno puede ser enterrado en un lugar tan dulce hace que uno se enamore de la muerte». Cuentan que ésa fue la expresión de Shelley cuando visitó este cementerio en el que quiso el destino que reposara eternamente.
Percy Brishe Shelley murió ahogado en el transcurso de una tormenta mientras realizaba una travesía desde Livorno a La Spezia. Recuperado su cuerpo diez días después de la tragedia, fue enterrado aquí. Su amigo Lord Byron, encargado de elegir el epitafio, se decantó por un fragmento de «La tempestad», de Shakespeare: «Nothing of him that doth fade. But doth suffer a sec change into something rich and stranger». «Nada en él se desvanecerá, pues el mar cambia todo en un bien maravilloso».
Sin duda, el hecho de que estos dos grandes poetas, máximos representantes del romanticismo inglés, muertos en plena juventud, estén enterrados aquí, al igual que otros muchos artistas, escritores, pintores, diplomáticos, escultores, políticos, como el fundador del Partido Comunista italiano, Antonio Gramsci, contribuye a que este lugar se haya visto envuelto en una aureola de romanticismo y belleza, que si bien responde a la realidad puede que haya sido amplificada por el encanto del rechazo a lo establecido, de la protesta ante el estricto dogmatismo.
Algunas de las tumbas tienen flores recientes. Son muchos los visitantes que día tras día acuden a este lugar en el que duermen el sueño eterno más de cuatro mil personas pertenecientes a diversos países, como lo prueba el hecho de que catorce embajadas sean las encargadas de velar por él. Sólo dos personas españolas están enterradas aquí. Las dos son mujeres, una de Bilbao y la otra de Madrid.
Inmerso en una atmósfera melancólica pero llena de poesía y encanto, el Cementerio de los Poetas se asemeja a un hermoso vergel donde los árboles parecen querer cobijar y abrazar los sepulcros, mientras que las flores se inclinan para besarlos.
Todo parece en calma, sólo una figura se muestra abatida. Es un ángel, el llamado Angelo del Dolore, que no permite que veamos su cara y que tiende su mano sin saber adónde agarrarse. Es obra del americano William Wetmore Store, que intentó plasmar el profundo dolor que sentía por la pérdida de su esposa Emelyn. Ésta fue su última escultura, porque a los pocos meses falleció y fue enterrado con ella, en esta misma tumba.
Al abandonar el recinto recuerdo una frase del escritor Henry James que aseguraba que el Cementerio de los Poetas de Roma era «lo más maravilloso que he visto en Italia». No me atrevería a suscribirlo, pero resulta evidente que es un lugar único que merece la pena visitar.

MARÍA TERESA ÁLVAREZ

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Se publica el vídeo de la III Edición de Emerita Lvdica y la I Noche Romana en Blanco

Fuente: extremaduradigital.net

El video ha sido emitido en vivo y sin enmascaraciones musicales por Aníbal Clemente Cristóbal a través del Canal de Historia y Ciencia Televisión para la Red Española de Historia y Arqueología, con una duración de más de 50 minutos donde podemos ver a la Ciudad de Mérida vestida de Roma con el motivo de la III Edición de Emerita Lvdica, contando como novedad con arqueólogos del Consorcio de Mérida para explicar alguno de los monumentos más emblemáticos de la Ciudad como es el Templo de Diana.

Mérida se trasladó al siglo primero e hizo que los emeritenses vivieran como romanos con un programa más amplio y atractivo que en años anteriores.
El Consorcio de la Ciudad Monumental y la Consejería de Educación y Cultura con la colaboración del ayuntamiento de Mérida y del Museo Nacional de Arte Romano, llevarán a cabo numerosas actividades, talleres infantiles, desfiles, tiendas y una cantina.

Las recreaciones se llevaron a cabo en los monumentos romanos, sobre todo en el centro de la ciudad, siendo el Templo de Diana el monumento romano que cobró más importancia este año. Lo que se pretende con estas actividades es demostrar que la esencia romana de Mérida sigue viva y también intentar darle vida a la historia y ver nuestro patrimonio como algo vigente.

La Noche Romana en Blanco todo un éxito

Aunque la principal novedad este año fue la Noche Romana en Blanco, en la madrugada del 29 al 30, en el que durante la noche los recintos arqueológicos, gestionados por el Consorcio, permanecieron abiertos hasta las tres de la madrugada y el Museo Romano (MNAR) hasta las dos. Acogieron una variada oferta de actividades culturales como exposiciones de pintura, fotografía y escultura, pequeños conciertos -instrumentales y corales-, representaciones de teatro clásico, cine, etc. Pudieron verse algunas escenas de recreación romana como las luchas de gladiadores en el Anfiteatro a las 24,00 horas. Servirán de escenario el Área arqueológica de Morería, el Aljibe de la Alcazaba, el Puente Romano, el Arco de Trajano, La Sala Decumanus, el Templo de Diana, el Pórtico del Foro, la Casa del Mitreo, Los Columbarios, el Museo Romano (MNAR), el Anfiteatro y Teatro Romanos. Durante esa noche, los restaurantes, bares y terrazas del centro permanecieron abiertos ofreciendo bebidas y tapas romanas, con un precio especial para los que vayan vestidos de romanos.

VÍDEO

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La antigua Roma a golpe de ratón con Google Earth

Fuente: arquehistoria.com

Gracias a Google, tenemos una nueva forma de descubrir la Roma Imperial en 3D desde casa, por medio de un añadido para la aplicación Google Earth

El servicio se basa en la gigantesca maqueta del arquitecto Italo Gismondi (1887-1974), quien reconstruyó con todo detalle la antigua Roma. Si  instalamos este añadido inicaremos un  paseo virtual por la capital del Imperio Romano, la mayor metrópoli del mundo en el año 320, que nos permite visualizar 6700 edificios, como el Coliseo o el foro romano, once de ellos también desde el interior como el Tabularium o el Templo de Vesta, acompañados por 250 textos explicativos.

El proyecto llamado Roma Renace ha sido desarrollado por las universidades estadounidenses de Virginia y California, en colaboración con la Politécnica de Milán (norte de Italia)

Cómo acceder

Las instrucciones para acceder a la recreación virtual de la Roma del 320 dC son bien sencillas:

Utilizar Google Earth versión 4.3. descargar, entrar en el menú Galería seleccionando  ”Roma antigua en 3D”
Buscar Roma en el mapa.

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Hallada una terma romana en centro de Beire

Fuente: zonamedianavarra.com

El hallazgo se  ha producido a raíz  de la excavación que estaban llevando  a cabo  unos operarios para la implantación de  un sistema de riego automatizado en una finca particular. El terreno donde ha tenido lugar el  descubrimiento esta ubicado  los pies  del monte  San Julián.

Estas termas todavía sin fechar, ocupan una superficie  superior a los  45 metros cuadrados. En opinión del arqueólogo que  allí se  encuentra anotando toda la información son las más las mejores  conservadas de la comunidad.
Según este arqueólogo, todo apunta a que esta instalación se encontraba dentro de un recinto  mayor que estaría todavía enterrado, estos baños serian  de  carácter privado y pudieran  haber pertenecido  a un hacendado de la época.
El descubriemiento ha dejado a la luz una serie de vasos  con diferentes temperaturas: el caldarium, que incluía una piscina de agua caliente; el tepidarium, con aguas templadas; y el fridgidarium, de agua fría.

La fuente de calor era un horno construido en el exterior de las termas, pegado al caldarium, en el que se quemaba madera. El calor producido se guiaba a través de unas canalizaciones que iban por debajo del suelo de las termas y que calentaban el mismo por contacto del aire caliente con la superficie del suelo.

Este paraje  donde se han encontrado los restos es desde antaño motivo de conversación entre  los foráneos sobre su valor arqueológico ya que en este punto se ha encontrado en repetidas ocasiones piezas  de cerámica

Aunque todavía es no se ha concretado que se va hacer con los restos, todo apunta a que se fecharan y se volverán a cubrir.

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Avance capítulo 5 ‘LA MÁSCARA’ De Imperium

Fuente: antena3.com

Cora no parará hasta descubrir la verdad

Sin Galba presionándola, Cora avanza en su investigación para liberar a su padre mientras intenta olvidar que cometió el error de besar a Tito. La única pista que tenía, un militar llamado Mario Terentio Ruga, antiguo aliado de Galba, ha aparecido muerto en extrañas circunstancias. Cora sabe que algo no encaja en esa muerte y no parará hasta descubrir la verdad.

AVANCE CAPÍTULO 5 ‘LA MÁSCARA’

Galba va a ser juzgado en el senado por el asesinato del hijo de Claudia, Cayo. Un asesinato que ordenó al descubrir que no era su hijo. Lo que nadie sabe es que el bebé nunca fue asesinado. Al descubrirse esta información, comenzará una lucha por hacerse con ese niño. Él es lo único que separa a Galba de una condena segura.

El marido de Cordelia, Sila, decide escalar puestos en la familia auspiciado por el consejo de su madre, Casia, que está dispuesta a descubrir el secreto que Craso y Cordelia ocultan con tal de hacer que su hijo prospere.

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Fidelidad con Aníbal y Escipión

Fuente: laopiniondemurcia.es

Tropas y Legiones coinciden en que el lleno absoluto que registraron todos los actos durante las fiestas son el mejor termómetro para Carthagineses y Romanos

La multitudinaria respuesta del público que abarrotó los principales actos de tropas y legiones durante las fiestas de Carthagineses y Romanos es el mejor medidor para los festeros, quienes consideran que el balance de este año es muy positivo. El presidente de la Federación, Antonio Madrid, destacó ayer que en todos los actos «el lleno de público era absoluto y había mucha gente de pie. Pese a las adversidades económicas, el balance es positivo».

Asimismo, Madrid se refirió a la celebración de la Gran Batalla, que se celebró el domingo en lugar del viernes –fiesta local– debido a la lluvia. «Ha sido muy novedosa. Por primera vez han estado trabajando juntos el Consejo Carthaginés y el Senado Romano y se ha notado mucho en la puesta en escena».

Aunque admitió que «puede que el consumo en las barras del campamento haya disminuido un poco, al igual que ocurre en la ciudad. Han sido diez días intensos de fiestas y eso se nota en los bolsillos», añadió que «el campamento de día va a en aumento. Durante los últimos tres años cada vez acude más público».

Por otra parte, el presidente de Tropas y Legiones, Antonio Madrid, señaló que aunque de lunes a miércoles suelen ser días más flojos, este año han tenido mucho éxito las bodas que celebraron los carthagineses el lunes –día en que se casaron más de mil parejas– y el Feria Latino del miércoles. Sobre la posibilidad de que se amplíe el escenario del puerto el próximo año para que acoja mayor número de espectadores, dijo: «Es pronto para analizar. Cuesta mucho dinero y los últimos años vamos a la baja».

Del mismo modo, el sufeta carthaginés, Ramón Jerez, aseguró: «El balance es muy positivo, lo ha dicho el público que es el mejor termómetro para saber si hemos sabido conectar con el público. La gente se quedaba hasta el final de los actos. Además, en la batalla se ha notado el trabajo conjunto. Antes era el Senado el que la organizaba y nosotros eramos unos meros invitados, pero este año hemos sido copartícipes y coorganizadores. La escenificación ha sido muy interesante y ambas partes hemos tenido protagonismo en este acto que es el eje central de las fiestas. Hubo algunos miembros de las tropas que no pudieron participar en la batalla porque son gente que vive fuera y el domingo se tenían que marchar». Jerez también señaló la gran afluencia de público que con su presencia respaldó los actos de la Fundación de Qart Hadast, el Oráculo de Tanit y las Bodas de Aníbal e Himilce.

Por su parte, el presidente del Senado, Julio Guillamón, hizo hincapié en que el cambio de fecha de la batalla «pasó de ser un contratiempo a convertirse en un acierto. El aforo estaba completo y eso que se avisó con sólo un día de antelación. Quizá tendríamos que pensarlo. Sí es cierto que el miércoles flojeó el acto de Emilia Paula, pero quizá es culpa nuestra al ponerlo a las ocho de la tarde, en lugar de a las nueve». Guillamón admitió que este año «sí se ha notado menos gente por la noche en el campamento, pero en cambio durante el día ha sido un éxito».
A su vez, la presidenta de la Asociación de Hoteleros de Cartagena, Eva Gargallo, señaló que el nivel de ocupación durante las fiesta ha sido del 33% en los tres hoteles que hay fuera del centro y del 55% en los cinco restantes. Ha habido muchas salidas anticipadas y anulaciones por culpa del tiempo».

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Escipión y la doble corona mural

Fuente: laverdad.es

No fue cartagenero, pero su presencia en Cartagena fue de singular relieve en lo concerniente a su historia. Se trata de Publio Cornelio Escipión, al que la ciudad le dedicó una calle. Subiendo una abrupta cuesta, se llega a esta calle por un callejón sin nombre -antiguamente el Cuartelillo- que nace en la acera de la derecha de la calle de Gisbert, callejón que antes de hacer la apertura de esta calle, estaba a piso plano en lo que se llamó calle de San Leandro.

Federico Casal escribió que no puede denominarse como calle la fila de casas de planta baja que existen por encima de los patios de las Escuelas Graduadas, que no figura en las Ordenanzas Municipales, y que todavía conserva el nombre de Escipión, por ser la acera derecha de la calle que así se tituló y desapareció al hacer la apertura de Gisbert. Se le dio ese nombre en recuerdo y conmemoración del general romano Publio Cornelio Escipión que en siglo III antes de Jesucristo arrancó a Carthago Nova del poder de los cartagineses desde que la reedificara Asdrúbal.

La calle y plaza de Escipión fueron el centro y las más importantes del barrio llamado de Ifre, vulgarmente Mundo Nuevo, y gozaba de cierta popularidad por la clase de gente de mal vivir y conducta sospechosa que por aquellas alturas moraban y daban a las autoridades bastante que trabajar por los tumultos y escándalos que acaecían continuamente.

Según refería Eduardo Cañabate, sabía Escipión que esta plaza contenía el tesoro de sus enemigos, el fondeadero de sus escuadras, el mayor cuartel de sus tropas y la prisión de los rehenes de las ciudades españolas tributarias y aliadas de la República Cartaginesa. Publio Cornelio Escipión, que tenía 27 años cuando llegó a España, ambicioso de gloria y sediento de venganza por la muerte de su padre y de su tío, comprendió que más que en las riberas del Ebro estaba en Cartagena la clave de la salvación de la República Romana, y que mientras estuviera en poder de los cartagineses el insigne puerto y la inexpugnable fortaleza de Carthago Nova, el peligro de Roma sería inminente. Guardó sobre su atrevido plan una absoluta reserva que tan sólo comunicó a su íntimo amigo Cayo Lelio, que como comandante de la escuadra romana debía tomar una importante parte en su ejecución.

Conquistó a los pobladores

Ambos atacaron la plaza y fueron hechos prisioneros 9.000 ciudadanos libres que Escipión, usando de su liberalidad, puso en libertad devolviéndoles la posesión de sus bienes, con lo que conquistó la fidelidad de todos. Retuvo solamente, y esto de forma accidental, a 2.000 artesanos que ocupaban los cartagineses en la construcción de armas y en las faenas de astilleros y manejo de naves, ofreciéndoles la libertad si con buena voluntad sabían ganársela. Ofreció igualmente la libertad a los esclavos jóvenes y vigorosos..

Al gobernador Magón, junto con sus oficiales, dos miembros del Consejo de Ancianos y más de una docena de Senadores les puso bajo la custodia de Cayo Lelio en una de sus galeras.

Se registró también en la conquista de Cartagena otro suceso que acreditó a Escipión como gran diplomático y produjo la admiración de amigos y enemigos, fue alabado por el Senado y ocasionó en Roma profundo asombro dadas ciertas bárbaras costumbres de aquel pueblo que llamaba bárbaros a los que no eran ciudadanos romanos. Se trata de la continencia de Escipión, hecho que narra Tito Livio. Los protagonistas fueron una princesa joven, de tan peregrina belleza que atraía todas las miradas a su paso. Era la prometida de un Jefe de Celtíberos llamado Alucio. La respetó y la entregó a su prometido. Aceptó, ante la insistencia de los padres de la princesa, un rescate, pero hizo colocar el oro a sus pies y dirigiéndose a Alucio le dijo: «Además de la dote que recibirás de tu suegro, recibe de mí este regalo de boda», invitándole en el acto a que hiciese retirar el oro y que dispusiese de él como suyo. Este episodio está conmemorado en un cuadro del siglo XV, catalogado como de la escuela de Umbría y procedente de los Talleres de Bernardino Betti, conocido por el ‘Pinturicchio’, quien floreció entre 1457 y 1513. Se encuentra en el Museo del Prado y una copia, encargada por el alcalde Alfonso Torres al pintor cartagenero Vicente Ros, está en el Ayuntamiento con el título de ‘La continencia de Escipión’.

Era costumbre entre los romanos premiar con coronas a los soldados que más se distinguían en cualquier hecho de armas. La corona castrense tenía la forma de un vallado y se otorgaba al soldado que durante el combate había sido el primero en penetrar en el campo enemigo. La corona naval o ‘rostrita’ se concedía al primero que abordaba la galera enemiga y estaba caracterizada por proas de embarcaciones. La corona de ‘césped o gramínica’ se daba a quien había salvado un ejército de algún peligro o a una ciudad asaltada, y en este caso se llamaba ‘obsidional’. La corona ‘cívica’, tejida con hojas de carrasca, se concedía a quien había arrancado al enemigo algún ciudadano romano y, por último, la corona ‘mural’ estaba almenada y se otorgaba por el general de un ejército al primer guerrero que asaltaba una fortaleza defendida por el enemigo.

Hechas por Escipión las investigaciones necesarias para conceder el alto honor de la corona mural tuvo la sorpresa de saber que la distinguida recompensa era solicitada por dos soldados: un infante y un marino.

Perplejo quedó Escipión. Mandó acudir a su presencia representantes de ambos bandos y oídas atentamente sus razones quedó convencido de la justicia que asistía al infante Quinto Trebelio, centurión de la Legión IV, y a un marinero de la flota de Lelio, llamado Sexto Digicio. Escipión ordenó que, sin perder tiempo y con el ceremonial de costumbre, le fuese dada a cada pretendiente una corona mural, ganando el afecto y simpatía de sus soldados. A Cayo Lelio le regaló en nombre del Senado una Corona Naval.

La conquista de Carthago Nova costó dos coronas murales. Ello concede a Cartagena el singular privilegio de que en su escudo pudiese lucir una doble corona mural. lmente arruinado, como se recuerda cada año en las fiestas de Carthagineses y Romanos.

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Mérida vuelve al siglo I con Emérita Lúdica y con su Noche Romana en Blanco

Fuente: ecodiario.eleconomista.es

30/09/2012

Mérida ha vuelto este fin de semana a ser la Emérita Augusta del siglo I, con la Legio V Alaudae desfilando por sus calles o con luchas de gladiadores en el Anfiteatro, dentro de los actos del programa cultural Emérita Lúdica, que este año ha acogido, como novedad, la I Noche Romana en Blanco.

Así, catorce enclaves arqueológicos de la ciudad han permanecido abiertos hasta la madrugada y los habitantes de Mérida han podido asistir gratuitamente a las actividades que se han llevado a cabo en ellos, con una sola condición: ir vestidos de romano.

Emérita Lúdica arrancó el pasado viernes por la noche y la lluvia no impidió el desarrollo de las jornadas técnicas sobre distintos aspectos de la vida romana en la ciudad y la entrada de la Legio V Alaudae (Alondra) por el Puente Romano, como lo hicieron los primeros soldados veteranos que habitaron en Emérita Augusta.

El tiempo, sin embargo, sí permitió que anoche miles de personas se echaran a la calle para disfrutar de la I Noche Romana en Blanco, que se inició con el encendido de la pira conmemorativa en la Alcazaba, tras la llegada del Gobernador y del Genio Protector de la Colonia.

Diversos coros, como la Coral Emérita Augusta o Ubi Sunt, actuaron en otros enclaves arqueológicos de la ciudad, como el yacimiento de Morerías o el Templo de Diana, que ha emergido ese año como núcleo central de la fiesta, pues en su entorno se han ubicado las tradicionales tabernas romanas o los talleres de cerámica, mosaico o abalorios.

También el Pórtico del Foro, el Teatro Romano, el Museo Nacional de Arte Romano y otros espacios recuperados de la Emérita Augusta han acogido exposiciones, representaciones y recreaciones de la vida en Mérida durante la Hispania Romana.

El Anfiteatro ha vuelto a ser escenario del juego de los gladiadores y los emeritenses han podido acercarse incluso al área funeraria de Los Columbarios para hacer una ofrenda floral a los primeros habitantes de la ciudad.

Emérita Lúdica está organizada por el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, que busca con esta actividad que los emeritenses se acerquen y conozcan su pasado romano con el mayor rigor histórico.

Por ello, en la organización de todas estas actividades han participado los arqueólogos e historiadores del Consorcio, que han aportado sus conocimientos para que las recreaciones se acercaran lo más posible a la vida real de la Emérita Augusta.

De hecho, un grupo de modistas, asesoradas por ellos, han ayudado en las últimas semanas a los emeritenses a confeccionar sus trajes de romano y se ha habilitado también un taller de peinados y maquillaje para que nadie fuera disfrazado, sino ataviado como lo hacían sus más lejanos antepasados.

En esa misma línea, esta tarde el Templo de Diana acogerá la pasarela «Emérita Fashion Week», en la que modelos voluntarios desfilarán con los trajes que usaban los romanos en los distintos oficios que se conocen.

Numerosos bares y establecimientos de la localidad se han sumado a la iniciativa, por lo que han abierto esta noche sus puertas y han ofrecido sus productos a un precio especial a todos aquellos que fueran vestidos de romano.

El Templo de Diana, en pleno centro de la ciudad y como espacio neurálgico de la fiesta, ha cobrado un especial significado, ya que se han colocado unas pasarelas para poder subir a su interior y visitarlo por dentro, en compañía de los técnicos del Consorcio, un privilegio vetado en el día a día, por lo que miles de ciudadanos han hecho cola a lo largo del fin de semana para poder conocerlo.

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