La Cosmogonía de Hesíodo I

Aprovechando la nueva sección que he iniciado hoy sobre los dioses olímpicos (https://elenacardenna.wordpress.com/los-dioses-olimpicos), me gustaría hablar un poco sobre esta obra, ya que nos ayudará a todos a entender las generaciones y genealogías de los dioses. Lo vamos a ver en una serie de 3 entradas que se van a dividir de la siguiente forma:

  • Una primera entrada, en la que haremos una introducción a la Teogonía de Hesíodo y veremos el comienzo del mundo según su cosmogonía.
  • La segunda entrada, que tratará sobre las 2 primeras generaciones de dioses, hasta el momento previo a los dioses olímpicos.
  • Y una última entrada, en la que narraremos cómo los dioses olímpicos llegaron al poder.

Hay que decir que existen otras 2 cosmogonías más en la antigua Grecia, la órfica, cuyo fundador el Orfeo y que se introduce en Grecia a la vez que los dioses olímpicos, y las cosmogonías filosóficas, con Tales de Mileto o Anaxímenes. Nosotros vamos a ver la de Hesíodo porque es la mítica y la más aceptada en la antigua Grecia y porque Hesíodo fue considerado un modelo de referencia.

El origen del mundo y de los dioses en la mitología griega

En la mitología griega no hay una sola versión de los mitos, sino que hay varias versiones difundidas por la literatura, excepto con dos autores: Homero y Hesíodo. Por encima de las intenciones políticas, religiosas y por encima de todo, estos dos autores sirven de referencia para todo el mundo griego: Homero para el mundo de la guerra y los dioses en su aspecto más humanizado, y Hesíodo para los orígenes.

Hesíodo es un autor del siglo VII a. C. que escribe varias obras, de las cuales las que más nos interesan son «Teogonía» y «Trabajos y días».

En la Teogonía cuenta el origen de los dioses, pero para que haya dioses tiene que haber un plano físico donde puedan estar, así que lo primero que nos vamos a encontrar es una cosmogonía. Uno de los problemas es que el origen divino y el del universo se empiezan a mezclar a partir de un punto. Hay que tener en cuenta que Hesíodo escribe la obra con la firme intención de proporcionar un modelo mítico-religioso universal para sus conciudadanos. Un detalle que lo confirma es la invocación a las Musas, esas cantoras del mundo divino que le van a dictar al poeta cómo sucedieron las cosas. Esta invocación lo convierte en profeta, ya que lo que le van a contar se encuentra bajo la protección divina y por tanto es la verdad. Es un canto inspirado que sólo cuenta verdades.

La primera característica del texto de Hesíodo es que el poeta está convencido, bajo la inspiración de las Musas, de que su obra es un complejo mítico-religioso de validez universal. La segunda es el concepto de evolución; Hesíodo piensa que desde el principio hasta el final del universo (incluidos los dioses que lo pueblan) existió un proceso evolutivo que va desde la mayor brutalidad hasta la menor, desde la total injusticia y violencia del origen con dioses como Urano o Cronos, hasta la total justicia que encarna Zeus. Por tanto, la evolución también se produce en el mundo divino. En el mundo de los hombres, el hombre evoluciona desde un estado de semejanza divina hasta la situación actual; los hombres hemos evolucionado desde que vivíamos en un paraíso como dioses y éramos similares a ellos hasta perder ese status de semejanza divina y vivir en un mundo que no está mal, pero que no es el paraíso.

Otro concepto fundamental es la divinización de todo cuanto fenómeno o elemento existe en la naturaleza. El cielo, la tierra, el mar, las montañas, los ríos, las fuentes, las estrellas, etc. son divinizados por Hesíodo, los dota de carácter divino con una única y exclusiva función: que sean entidades permanentes e inmutables. Tienen nombres propios y aparecen con mayúsculas para hacerlos eternos; no estuvieron ahí desde siempre, pero una vez que se cuenta su origen, lo estarán.

La última característica es el concepto de personificación, que viene a ser paralelo al de la divinización. Hesíodo individualiza todas las circunstancias de la vida humana para hacerlas perennes e inmutables. Aparecen personificadas circunstancias como el Amor, el Dolor, la Ira, la Venganza, la Alegría, etc. Empezaron a existir a la vez que el mundo, antes no, y una vez que están en él, existirán para siempre.

Cosmogonía

Los elementos primordiales a partir de los cuales se ha formado el mundo son, por orden, Caos, Gea y Eros. A partir de ellos se crean cosas, son productivos de por sí, o como en el caso de Eros, hace que otros produzcan cosas. Sin embargo, Tártaro es sólo un lugar subterráneo por debajo del todo de Gea, marca el límite de la tierra por debajo. Entre Gea y el Tártaro está el Hades, reino de los muertos. El Tártaro se utiliza para encerrar allí a los grandes condenados de la mitología griega o a los grandes dioses derrotados.

De Caos surgieron Érebo y la Noche, y de la Noche proceden Éter y Día. De esa ‘abertura’ que es el Caos salen las tinieblas totales excluyentes de cualquier rayo de luz (Érebo), y a la poste Éter, la luz total. A la vez, la Noche se opone al Día, pero no de forma excluyente, sino alternante para crear el cómputo del tiempo para siempre. Aquí desaparece Caos, ya no se vuelve a hablar de él en toda la cosmogonía y todo va a ser originado a partir de Gea, y luego del cielo y de la tierra. Eros es aquel principio que seduce a los dioses y a los hombres para siempre, el principio primordial que permite que de una entidad se generen otras sin ninguna unión sexual con otra entidad.

Éste es el Eros del comienzo del mundo, y gracias a él de Gea salen las Montañas, el Ponto (o el Mar) y Urano (la bóveda celeste), que ya van a existir para siempre. A partir de este momento, se va creando el mundo a través de un acoplamiento sexual con un elemento masculino, que es Urano.

De Gea y Urano nace Océano (el río circular que circunda el mundo por todos sus lados), el lugar que marca las fronteras del mundo real, de lo que conocemos. Ahora vamos a asistir a un «mito de soberanía», un relato que cuenta las luchas por el poder que se van a producir en el mundo divino y que contempla tres generaciones de dioses: Urano será el primero, Cronos el segundo y Zeus será el definitivo. En esta cosmogonía, Hesíodo cuenta por un lado el origen de los dioses, y por otro cómo el último de ellos, Zeus, ha tenido que luchar muchísimo para organizar todo adecuadamente hasta imponer la justicia total.

 

En la siguiente entrada empezaremos a relatar los primeros seres divinos nacidos de Urano y de Gea, y las dos primeras generaciones de dioses y sus luchas por el poder.

Os animo a participar, aportando información, textos, mitos, y opiniones personales sobre el tema, y sobre todo, espero que os guste.

4 comentarios

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4 Respuestas a “La Cosmogonía de Hesíodo I

  1. ¡Felicidades por el blog! me encanta y me hace mucha ilusión poder leerte ^^ te está quedando muy completito, ahora sólo hay que ser perseverante y encontrar siempre un momento para dedicárselo 😉 yo el mío lo tengo abandonadísimo… ¡que no te pase como a mí!

    ¡Un abrazo!

    • ¡Qué ilusión que lo leas! Me alegro de que te guste, y de la misma forma que espero encontrar siempre tiempo para mantenerlo, espero que lo encuentres tú para seguir leyendo! Y ya sabes, puedes ayudarme, !que tú de esto sabes también mucho! Gracias, y un beso Lety

  2. Lucía

    Hola, me encanta el blog, está increíble y me ayudó mucho con una tarea de la cual casi no encontraba información y está toda aquí, lo voy a recomendar muchísimo, seguro a muchos otros estudiantes como a mí les servirá demasiado esta información. Gracias y saludos. 🙂

  3. Hola..muy interesante el blog, me ayudo bastante! Igual ,podria hacer una pregunta? necesito ayuda..! en la teogonía de hesíodo, ¿cuáles son los límites a los que estan sujetos los dioses?

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